Blog dedicado a todos los adictos al cine, critica cinéfila una vez a la semana, porque hablar de cine es seguir construyendo la película que uno ya vio.
Hace bastante tiempo (mas o menos 10 años) que Hollywood ante las escasas ideas ha tratado de traer de vuelta el género wéstern a los cines, con resultados regulares en taquilla pero con películas de bastante buena calidad, obviamente como todo en este mundo existen excepciones como “El llanero solitario” (2013), la cual apunto a ser una ganancia millonaria pero que fracaso rotundamente. También existen absurdas comedias de pésimo gusto que se burlan del género, que pasaron con más pena que gloria, como "The Ridiculous 6" (2015) con el decadente Adam Sandler o "A Million Ways to Die in the West" de Seth MacFarlane (Ted).
Ejemplos de buenos western del siglo XXI son; 3:10 to Yuma (2007), Appaloosa(2008) y Temple de Acero(2010), todas estas películas gozan de buena calidad, algunas nominadas a premios Oscares y premiadas en variados festivales. Por otro lado cuesta reconocer las películas del viejo oeste de Tarantino como un wéstern propiamente tal, porque este director de alguna manera, inauguró su propio género que recoge distintas características específicas de una variada matriz. A pesar que algunos pueden considerar algunas obras de Quentin Tarantino como verdaderos westerns, opiniones hay muchas y cada uno tendrá sus argumentos.
Este año, desde EEUU, nos traen el remake de “Los siete maginificos” (1960), una película repleta de acción, con mucha entretención y coloridos personajes. Sin embargo, a pesar de que esta película tiene elementos destacables, cuesta reconocerla como un wéstern y está muy alejado del nivel de las películas del viejo oeste que nos ha dado Hollywood este último tiempo. Este filme, es más bien de gusto comercial, para las masas y que dista de un cine bien cuidado.
Esta película cuenta siguientes historia; La ciudad de Rose Creek se encuentra bajo el férreo control del temible vandido Bartholomew Bogue (Peter Sarsgaard). La desesperación de sus ciudadanos, les llevará a buscar protección de siete pistoleros fuera de la ley. Sam Chisolm (Denzel Washington), será el encargado de buscar los hombres adecuados para hacer este trabajo. Un grupo formado por cazadores de recompensas, jugadores y asesinos a sueldo, será quien se encargue de defender este pueblo diezmado por Bogue. Mientras se preparan para el violento enfrentamiento que saben que está a punto de ocurrir, los siete mercenarios se darán cuenta de que están luchando por algo más que dinero.
Un bien llamado western tiene que tener ciertos elementos; Aparte de estar desarrollado dentro del territorio occidental de los Estados Unidos durante el siglo XIX, tiene que mostrarnos bien el contexto histórico implicando a los protagonistas en este mismo, también la idea de la tensión psicológica por un duelo a pistola, el anhelado sueño de forjar un hogar en tierras propias y también se puede optar por el concepto de un pueblo sin ley, o una batalla contra los pueblos originarios o bandidos sanguinarios que traspasan fronteras.
Tal vez, “Los 7 magníficos” cuenta con algunos de estos elementos pero estos 7 héroes se ven demasiado forzados y no existe mucha química entre ellos, se trata forzar esto con variadas escenas en bares y fogatas en el desierto con los protagonistas compartiendo, esta estrategia también la utilizo "Suicide Squad"(2016), por ejemplo, pero lamentablemente esta vez no funciona y este recurso solo sirve para destacar una de sus debilidades. En el papel individual, no todos los actores cumplen con su labor, algunos se ven muy incomodos, con acentos muy extraños y personalidad poco definida como Vincent D'Onofrio. Todos conocemos la calidad de este actor, especialmente gracias a su papel de Wilson Fisk en la serie de Netflix “Daredevil” pero esta vez no convence y cada vez que sale en pantalla se ve que no encaja bien en ese papel ni en esta película. Los únicos actores de los 7 magníficos, que se desenvuelven bien y se ven bastantes cómodos en sus respectivos papeles son Denzel Washington y Ethan Hawke. Cuando aparecen estas dos leyendas del cine, el dialogo fluye y se presentan los 2 mejores personajes de la película, los más atractivos, los menos exagerados y los menos estereotipados. Antoine Fuqua (director) ya tuvo este dúo en pantalla con la gran película “Training Day” (2001) y da la sensación de ver dos viejos amigos actuando y reencontrándose después de muchos años.
Pero el punto de crítica negativa está en el actor de Chris Pratt que no interpreta a un vaquero del viejo oeste, no ocupa el vocabulario de la época ni la actitud de aquel tiempo, cuando monta un caballo pone la mismo pose como si estuviera montando una Harley Davidson, básicamente hace el mismo papel que hizo de Star Lord en “Guardianes de la Galaxia” (2014), le quita credibilidad a la cinta y a su personaje. Tal vez hizo un buen trabajo en “Jurasssic Word” (2015) e incluso podría ser un gran “Indiana Jones” pero lo cierto es que para este papel hizo lo mismo que está haciendo estos últimos años; el bromista del grupo, astuto, mujeriego y de buen corazón.
En realidad, Chris Pratt no es el único que actúa como si estuviera en el siglo XXI, en realidad la mayoría de los personajes actúan de este modo, la diferencia es que Pratt es el que más se le nota. Esta es una de las grandes razones de porque esta película puede ser considerada como una película más de acción en vez de un wéstern. Por otro lado, las temáticas que definen este género son tocadas muy superficialmente y en realidad este largometraje se sostiene principalmente por sus increíbles y entretenidas escenas de acción más que por su historia misma. Es fácil imaginar la trama de esta película en la actualidad, sin ir al viejo oeste, le falta algún sello que la defina como tal, de hecho es muy parecida a la trama de "Con la frente en alto" (2004) que es ambientada en la actualidad.
Otra cosa que desaprovechó la película, es el villano, porque al comienzo se nos muestra un prólogo desconcertante, con una gran interpretación de Peter Sarsgaard como el temible enemigo a vencer, pero se ve muy poco este personaje y queda al margen, mostrándolo escasos minutos en pantalla.
Sin embargo, hay algo que hay que reconocer, la película cuenta con un equipo técnico de primera calidad. Antoine Fuqua tiene manejo tras la cámara y nos pone una fotografía sumamente hermosa, por otro lado, un elemento que pasa desaparecido pero que es clave en la película es la banda sonora de James Horner, con canciones que producen tensión, emoción y adrenalina.
Otro elemento que llama positivamente la atención, son algunos montajes de escenas de corte rápido y conciso, de distintas situaciones que ocurren en el pueblo donde están los héroes y en la mansión del temible villano. Elemento que hace recordar al director Christopher Nolan en algunos momentos de la magistral trilogía de Batman (2005-2012). Este película, más allá de ser buena o mala, muestra algunas luces de la capacidad de Fugua para dirigir.
Por otro lado, esta obra del séptimo arte, se esfuerza en ser políticamente correcta, es decir, se esfuerza en mostrar gente de todas las razas y etnias dentro del grupo de los 7 magníficos. Es sumamente absurdo ver a un asiático matando a sus enemigos con cuchillos en un duelo en el viejo oeste, recordemos que esto lo vimos en Shangai Kid (2000) y esta película era una comedia. También esta el estereotipo del indio americano que tampoco encaja bien porque se ve un indio de plástico, faltandole el respeto a esta etnia y cultura. Es lamentable que no se respeta a la película original de 1960 que nunca tuvo un indio americano ni un asiático en sus 7 protagonistas.
Básicamente, “Los 7 magníficos” es una película sumamente entretenida y muchas de las escenas de acción nos hace sentir un cierto placer culpable, sin embargo, existen escasos momentos que se ve un cine bien elaborado. Un filme jovial, simpático, liviano y desprejuiciado que entretiene pero que al poco tiempo se olvida.
Ficha Técnica:
Director: Antoine Fuqua
Reparto: Denzel Washington, Chris Pratt, Ethan Hawke, Vincent D'Onofrio, Peter Sarsgaard
"Yo no estoy encerrado con ustedes...¡ustedes están encerrados conmigo!" -dijo Rorschach, personaje del comic "Watchmen", creado por Alan Moore y que posteriormente fue llevado a la pantalla grande, el año 2009 por Zack Snyder. Esta frase no la cité con la intención de recordar esta clásica historieta y gran película, sino porque resume de perfecta manera la esencia de este filme.
Este largometraje cuenta la siguiente historia; Un grupo de amigos se adentra ilegalmente en la casa de un ciego muy rico, creyendo que podrán realizar el atraco perfecto. Pero se equivocan.
La trama de esta película es bastante simple al comienzo, sin embargo, existen vuelcos en la historia que la complican innecesariamente y que ensucian una gran experiencia cinematográfica. Porque este error, que no es menor, frena a esta película para convertirse en una película de culto del género de terror. Pero hay que hacerle justicia a esta película porque es totalmente rescatable y el espectador se vuelve participe de la macabra situación que viven los protagonistas, porque inconscientemente, en los momentos de más tensión, uno deja de respirar por el miedo a que este macabro ciego te encuentre. No es fácil hacer partícipe de la película al propio espectador pero el director Fede Álvarez lo logró.
El 2013, ya vimos a Fede Álvarez en su primera experiencia hollywoodense con el remake de “Evil Dead”, con un terror gore que no dejo contento a todos pero en general dejo bastante satisfechos a los críticos y a muchos fans del género. "No Respires" pudo haber recurrido a los recursos del horror gore, sin embargo, tal vez, hubiera sido una película como “The Collector” (2009) o La Masacre de Texas (1974 y sus reboots), porque muchas veces en el cine, hemos visto a un grupo de desafortunados que llega a una casa (generalmente lejos de todo) para encontrarse con alguna clase de demente (o con criminales que eligen el lugar como escondite y no quieren dejar cabos sueltos) que acaba, con bastante saña, uno a uno con sus miembros. En "No respires" ocurre más o menos lo mismo... pero no igual.
Álvarez crea en su segunda película como director atmósferas claustrofóbicas y desde el principio muestra que el ciego, interpretado magistralmente por el reconocido actor de reparto Stephen Lang (el coronel Miles de Avatar), no se anda con rodeos. Lo anterior hace que la tensión no decaiga pero otra cosa que es clave y que te mantiene amarrado en el asiento es el buen uso del silencio absoluto y la banda sonora es utilizada en los momentos que se tienen que utilizar, no se abusa de este recurso y esto habla, en parte, de la calidad de esta película.
Como dije anteriormente, lamentablemente, esta obra de arte tiene ingredientes ridículos, por un lado están los giros argumentales que ensucian la trama y la expectación, por otro están las secuencias de acción que se utilizan en los minutos finales, los cuales cuesta tomarse en serio porque son bastantes innecesarias y destiñe esta terrorífica aventura.
Pero, sin duda alguna, vamos a esperar con ansias la siguiente película de este director uruguayo, ya sea terror o no, porque estamos siendo testigos de un talentoso e inteligente debutante en la industria cinematográfica, que viene aportar originalidad a un cine norte americano industrial que esta en decadencia y que se queda sin ideas. Todo lo distinto y refrescante es muy bien recibido.
Ficha técnica:
Director: Fede Alvarez
Reparto: Jane Levy, Dylan Minnette, Daniel Zovatto
Si uno quiere ver un "cine popcorn", con espectaculares escenas de acción, con un ritmo frenético, omitiendo la cansadora cámara lenta de Michael Bay (saga de “Transformers”) , sin duda alguna, tienen que seguir a Justin Lin, el hombre que sobrecargo la saga de Rápido y Furioso (en el buen sentido), y que dirigió la quinta entrega de esta misma, mostrándonos la mejor película de acción sin sentido del último tiempo. Esta vez, este director proveniente de Taiwan nos trajo la tercera entrega del “remake”, “precuela” o “secuela” (o lo que sea) de Star Trek, que había iniciado con excelentes resultados, con el siempre efectivo, J.J. Abrams en el año 2009.
J.J. Abrams resucitó la franquicia Star Trek con un reboot cinematográfico en el que jugó con los viajes en el tiempo, las paradojas temporales y algún que otro cameo muy agradecido para los fans. Esta primera película nos entretuvo y fue un producto bastante acertado, y también al mismo tiempo empezamos agarrarle cariño al nuevo casting que cumplió a la perfección, básicamente se hizo un gran trabajo y no por nada se fijaron en Abrams para que dirigiera la séptima película de Star Wars (con el cual también tuvo un resultado que dejo contento y satisfecho a la mayoría). Posteriormente, y tras el éxito de la primera película, llegaría una secuela: Star Trek: en la oscuridad, en la que Benedict Cumberbatch interpretaría al villano Khan, supliendo al actor original Ricardo Montalbán. Un filme, que destiño comparada con su antecesora y que no logro cautivar a todos.
Como suele decirse, no hay dos sin tres. Y Star Trek: Más allá (Star Trek: Beyond) cumple precisamente esa regla. Aunque en esta ocasión Abrams es el productor, cediendo la dirección a Justin Lin, la saga iniciada por él sigue adelante, explorando la Última Frontera, allá donde nadie ha llegado y recuperando la temática principal de la serie original que inicio la franquicia: los viajes espaciales de exploración.
La trama de esta nueva película, es más bien simplona(¿Que más se puede esperar?) y se puede resumir en escasas líneas; La tripulación de la USS Enterprise explora los confines del espacio desconocido, donde se encuentran con un nuevo y misterioso enemigo que los pone nuevamente a prueba
Extrañamente (considerando el ritmo de Lin en sus obras pasadas), la película comienza con un ritmo bastante ligero, como si ningún personaje de la película le tomara suficiente peso a la situación en que están, como si fuera un episodio más de la antigua serie televisiva, no se ven caras de desesperación ni miradas tensas ante el villano de turno y su plan. Con un par de escenas de acción en menor escala (pero bastante bien realizadas), los primeros 40 minutos no convencen del todo (tal vez a los fans sí), a pesar, que tampoco se ve algo mal hecho en su totalidad, pero lo cierto es que el primer lapso de la cinta se hace lento y uno lo único que hace es esperar los momentos explosivos porque uno sabe que van a venir. A pesar de todo, esta primera instancia tiene sus elementos positivos, porque uno puede ver y encariñarse aún más con los protagonistas, con frases clichés y profundas y una excelente música ambiental detrás que le entrega cierta emotividad a las relaciones de la tripulación (mención honorifica a Michael Giacchino), este primer momento no es del todo descartable.
Sin embargo, Justin Lin, en los últimos 30 minutos pone toda la carne a la parrilla, traspasando a la pantalla su hábil energía para la acción desenfrenada, sin control, donde las leyes de la física pasan a segundo plano y la entretención, emoción y adrenalina empiezan a salir a luz, sin darnos un respiro. Básicamente, nos ponen lo que queríamos ver desde el principio y lo que apreciamos también en el tráiler. Desde esta perspectiva, este largometraje no falla y Lin pone fuego en el espacio (literalmente), con música rock de fondo y peleas por doquier. Sin embargo, como se nombró antes, la acción plena y dura demora un poco y eso era lo que nos habían prometido. Pero da igual, hay que ser justos, al final nos dieron lo que queríamos.
Donde la película encuentra su punto más bajo, es con el mediocre villano, que no genera nada y esto se trata de suplir con momentos emocionantes y escenas de acción. Aun así, el villano se revindica en los últimos minutos de la película, pero ya es demasiado tarde. Una lástima porque este vacío, nos dice que desaprovecharon un gran actor como es Idris Elba y también le quita emoción y calidad a esta película.
Donde esta obra si acierta, es en la química que tiene la tripulación, donde nadie sobra y a pesar que el actor Chris Pine es el que tiene mayor protagonismo; Karl Urban, Simon Pegg, Anton Yelchin, Zachary Quinto y Zoe Saldana, no se quedan atrás y tienen su momento cómico o su parte para lucirse y deleitarnos.
Otro efecto que la película produce, es el efecto nostálgico, porque aunque no hayan visto ninguna película o serie de Star Trek, mas menos uno sabe lo que significa “Star Trek” en la cultura pop y hay ciertos guiños nostálgicos que son para los fans, pero que los demás también van a entender (o al menos van a creer entender) y también se pueden emocionar. La película, demuestra en sus minutos finales que tiene corazón y cariño al tiempo pasado, respetando y destacando los antiguos contribuyentes a la saga de Star Trek, porque sin ellos esto no sería posible.
En resumen; “Star Trek: Beyond” tiene importantes fallas, pero en general aprueba con el pulgar en alto, con personajes disfrutables, con diálogos agudos, con un par de escenas de acción sólidas y con recursos nostálgico. Lo anterior hace que esta película merezca ser vista..
Ficha técnica:
Director: Justin Lin
Reparto: Chris Pine, Idris Alba, Karl Urban, Simon Pegg, Anton Yelchin, Zachary Quinto, Zoe Saldana
Durante mucho tiempo, el cine de
ciencia ficción, nos ha mostrado en variadas situaciones futuristas, como el
ser humano termina siendo completamente dependiente de la tecnología y la
creación se vuelve en contra de su
propio creador. Una de las grandes mentes de la historia de la humanidad, Albert Einstein, hace
mucho tiempo atrás, expresó su miedo de que la tecnología, de a poco, iba a
empezar a superar al ser humano. En la actualidad, aplicaciones como "
Pokemon Go", nos han hecho apreciar la realidad aumentada, que se refiere
a como la visión directa del entorno físico se fusiona con la realidad virtual.
De alguna manera, "Nerve: Un juego sin regla", nos muestra las
atrocidades que puede provocar una aplicación, una vez que ya la hemos
llevado a nuestro espacio físico
cotidiano, nos hace ser testigo de como la tecnología nos termina perjudicando, antes que
ser una herramienta que facilite la vida de la humanidad. Obviamente, este
filme, exagera a cabalidad las cosas; ¿Que esperaban? Es una película que busca
básicamente entretener y no filosofear
sobre la tecnología y nuestra realidad. Pero aun así, esta película, desde esta
temática, nos hace sentir un poco incómodos, porque algo de cierto tiene, ya
que esta historia no sucede en un futuro cercano o lejano, si no que sucede en
la actualidad, hoy día mismo, en el año 2016. Y lo anterior hace que esta película,
sin ser una obra maestra, sea una película bastante rescatable.
Esta cinta cuenta la historia
de Vee (Emma Roberts),una joven y tímida estudiante de secundaria que decide
apuntarse a Nerve, un provocativo juego online de verdad o atrevimiento en el
que una audiencia ve todo, vota y comenta. Al principio logra mucho éxito y
disfruta la situación, sobre todo gracias a los premios que ofrece el juego,
que parecen estar diseñados especialmente para ella. Pero a medida que sube
niveles Nerve evoluciona y Vee se verá envuelta en una peligrosa situación de
vida o muerte.
El plato fuerte de esta película,
es sin duda alguna, sus momentos de tensión, que se logran bastante bien con
escenas de mucha adrenalina. Por otro lado, también cabe destacar, que este filme
es grabado de una forma bastante original, presentándonos tomas desde todas las
posiciones posibles (ya sea en primera persona, desde el piso, desde el cielo…etc),
lo que hace que esta aventura agarre un vértigo bastante interesante y tenaz. También,
se merece una mención su joven y atractivo elenco, Emma Roberts ( “Scream
Queens”) y Dave Franco ( “Los
ilusionistas”), tienen química en pantalla y hacen un trabajo actoral bastante
correcto.
Sin embargo, en el tramo final de esta cinta, se comienza a
perder todo lo bueno que tenía, la tensión y adrenalina desaparecen, los
giros en la historias son difíciles de tomarlos en serio y son bastante incoherentes, por ultimo, los planos
originales y dinámicos comienzan a desinflarse. La verdad, es que esta película,
se disfruta plenamente con su desarrollo pero falla en su introducción, que es
bastante olvidable y su conclusión, que es sumamente ridícula y aburrida. Al
menos, Henry Joost y Ariel Schulman (directores) trataron de hacer algo nuevo y
refrescante, en un contexto, donde las secuelas interminables e ideas pocas
originales se hacen presentes en Hollywood, estos jóvenes directores lograron
en gran parte de la película demostrarnos que todavía queda una pisca de
originalidad en el cine taquillero norteamericano. Se agradece por el esfuerzo,
porque en parte lo lograron.